jueves, 27 de noviembre de 2014

XXXIV MARATON DE VALENCIA TRINIDAD ALFONSO (16 – 11-2014)








XXXIV MARATON DE VALENCIA TRINIDAD ALFONSO (16 – 11-2014)
Si quiere ganar, corra cien metros. Si quiere experimentar la vida, corra maratones” (Emil Zatopek).
En la Feria con el dorsal. Foto Inma Goya
De camino. Foto Inma Goya
Hace unos pocos años no pensaba en participar en carreras, hasta que un día decidí hacer mi primera media maratón (que también fue mi primera carrera) y me enganchó, a partir de ahí todo fue buscar nuevos retos a los que enfrentarme, el domingo 16 terminé mi quinto Maratón.
En esta ocasión fue en Valencia, era la primera vez que salíamos de fin de semana para una carrera y la experiencia fue genial.
Tras esperar toda la semana a que llegara el momento, el sábado por la mañana salimos Inma y yo hacia Valencia a eso de las 10 de las mañana. El viaje fue rápido tardamos tres horas y poco en llegar, por lo que a la una, más o menos, estábamos allí, aunque luego buscar el hotel fue otra cosa, tardamos casi una hora en encontrarlo, cosas de no tener gps, pero a las 14:00 ya nos habíamos registrado y nos dispusimos a ir hacia la feria del corredor, situada en la Ciudad de las Artes y las Ciencias , a recoger el dorsal y a comer.
Una vez recogido el dorsal y haber visto la feria nos fuimos al oceanográfico, donde comimos en uno de sus restaurantes y después nos quedamos a verlo.
Preparandonos. Foto Inma Goya
Tras ver todo lo que nos dio tiempo,pudimos verlo entero, nos fuimos para el hotel y de decidimos coger el metro para comprobar el tiempo que tardaríamos por la mañana en llegar hasta la salida,
Camini de la salida. Foto Inma Goya
El metro en Valencia es pequeño, tiene pocas paradas y los trenes tardan bastante en pasar.
Ya en el hotel tarde, solo quedaba descansar y esperar al día siguiente.
Por fin llegó el día, a las 6:45 nos levantamos para desayunar, el hotel había previsto un desayuno especial para corredores, ya que éramos muchos los que allí estábamos alojados y que participaríamos en la carrera.
Desayunamos y nos preparamos para la carrera, yo con el dorsal, zapatillas, equipación e Inma con la cámara y todo lo necesario y nos fuimos al metro.
La mañana era perfecta, cielo despejado, con una buena temperatura, que después se convertiría en calor y sin el tan temido viento que, según las previsiones , podría aparecer, Al salir del metro nos separamos, ella se fue al kilómetro 17 donde, ya habíamos previsto, y yo hacia la salida.
Llegué bastante justo de tiempo, a falta de 10 minutos me coloqué en el cajón que me correspondía, eso si, bastante atrás, a estas horas ya estaba la mayoría de corredores en su sitio, solo quedaba esperar la salida.
Esperando la salida
A las 9 se dio comienzo a la prueba, éramos miles y miles de corredores, 13500 inscritos, por lo que tardé bastante en cruzar la línea de salida.
Los primeros kilómetros era difícil correr, apenas había huecos donde colocarse y había que seguir el ritmo de todos los corredores. Para esta ocasión quería bajar de 3:30 por lo que debería seguir un ritmo de 4:58 el kilómetro. Al principio fue imposible, entre tanto corredor sali a un ritmo de 5:10, pero no me preocupaba porque sabía que había tiempo de sobra para alcanzar ese ritmo. Los primeros kilómetros volaban, hasta el 10 se pasaron sin darme cuenta, el magnifico ambiente que había en todo el recorrido, hacía que disfrutara de la carrera, aunque en esta primera parte había alguna zona sin público, en general la ciudad se volcó con la prueba. Cada pocos kilómetros había grupos de batucada, gente disfrazada, las fallas también estaban, personas con la música en los coches que le daban mucha alegría al recorrido, mucho ambiente en genral en toda la prueba.
Animándome a estas alturas ya iba a buen ritmo, había conseguido llegar a lo que tenía pensado, pero aún bajaría algo más para ir a 4:50, la mayor parte de la prueba.
km 17. Foto Inma Goya
Aunque de momento todo iba bastante bien, en el kilómetro 15, comencé a sentir unas molestias en el gemelo derecho que me hicieron pensar que no podría acabar, pero ,aunque no se fueron en toda la carrera, no me impidieron correr.
Con esas molestias pronto llegaría al kilómetro 17, que era el primero donde vería a Inma, aquí, con las fuerzas intactas, nos vimos por primera vez , todo marchaba bien y me sentía muy fuerte, la próxima sería en el kilómetro 26.
Hasta este momento estaba disfrutando de la carrera, a pesar de que el calor empezaba a dejarse notar, a las 10 de la mañana hacían 20º, el viento no había aparecido, y me sentia bastante fuerte aunque iba guardando fuerzas para el tramo final.
km 40. Foto Inma Goya
Así llegué a la media maratón, se me había pasado rapidísimo, solo quedaba otra media y aún tenía muchas fuerzas, las molestias no iban a más y podía correr sin dificultad, dentro de poco llegaría el kilómetro 26, donde volvería a estar Inma.
Cuando disputo carreras tan imponentes como un maratón , en la que la fuerza mental es tan importante como la física, tener unos puntos donde sabes que hay alguien de los tuyos que te espera es una motivación extra para ir cubriendo etapas en la carrera.
Devorando los kilómetros llegué al 26 , aquí, la gente que animaba prácticamente hacía que nos pusiéramos en fila de a uno y entre toda esa gente volvía a estar Inma para animarme y sacar esas fotos para recordar que sí estuvimos allí. Siempre es una alegría ver a alguien que te anima incondicionalmente, la siguiente vez que nos veríamos sería en el kilómetro 40, casi en meta.
Km 40. Foto Inma Goya
Desde este momento empezaba la parte más dura del Maratón, en esta ocasión iba fuerte y mantenía el ritmo. En el 30 vi que tenia reservas e intenté aumentar el ritmo y así lo hice durante 5 kilómetros, pero en el kilómetro 35, empecé a pasar dificultades, había hecho mucho calor durante toda la carrera y empezaron las molestias musculares serias. Empezaban a darme calambres y sabía que ya no pararían hasta el final. A estas alturas de la prueba ya veía a gente caminando, a corredores en el suelo con los fisios y cuando ves que tú también empiezas a tener verdaderas dificultades, piensas muchas cosas, pero tienes que seguir, no puedes parar si no es porque ya el cuerpo dice basta, y eso es significa que ya no puedes dar un paso más.
Últimos metros
Durante todo el recorrido había gente animando, muchísima gente, muchos gritando el nombre escrito en el dorsal, pero es en esta parte del recorrido cuando esos ánimos cobran mucha más importancia, es ahora cuando los ánimos de todos los que te ven te llevan hacia la meta.
Faltaban 7 kilómetros y serían muy duros, los calambres aparecían y se iban, tuve que bajar el ritmo pero intentando mantener el necesario para conseguir esos 3:30 deseados. El gps me marcaba los km 500 metros antes de los marcados en el recorrido por lo que tenía que calcular bien el esfuerzo y la distancia.
    
Conseguido
Poco a poco, ya con muchos calambres, intentando minimizar el dolor echándome el agua de los avituallamientos en las piernas desde hacía ya bastantes kilómetros, estirando las piernas en cada zancada sin parar de correr, me acercaba al km 40,
esperando ver a Inma y recibir esos ánimos y esa inyección de fuerza extra para poder llegar.
Terminado y descansando. Foto Inma Goya
Ahí estaba, animando y sabiendo que sufría bastante, los gestos y la cara me delataban, pero solo quedaban 2 kilómetros. Apretando los dientes e intentando no bajar el ritmo, me acercaba a la meta, pero esta estaba algo más lejos de lo esperado, tras una recta y pasar bajo varios arcos y una curva a derecha e izquierda, se presentó delante mí la pasarela azul montada sobre el agua que nos llevaba directos a meta, mirando el gps vi que este se iba a los 42,700 y el tiempo, a falta de la recta estaba en 3:30, con un último esfuerzo hice la recta final para acabar en 3:30:26.
Medalla merecida
En el hotel ya relajado.
Al final no conseguí bajar de 3:30, pero esto es el maratón.
Hasta ahora, esta es mi mejor marca en esta distancia por lo que acabé muy contento. 
 
Valencia es una gran prueba, con un recorrido muy agradecido para el corredor, ademas la ciudad se vuelca con la carrera, lo que hace que la motivación sea mucho mayor, la única pega que puede tener, es la falta de transporte al acabar, sobre todo si el hotel está separado de la meta, pero aún así es una prueba muy bonita, tanto para el corredor como para el espectador, ya que se puede ver a los corredores en varios sitios apenas moviéndose unos metros.
Sin duda en cuanto pueda, volveré a Valencia a disputar esta bonita carrera.

Roberto